El COVID-19 ha logrado lo impensable, paralizar nuestro mundo. Y es comprensible que ahora mismo la gente este mas preocupado por su supervivencia que lo que ocurre en otros países ya que la pandemia de coronavirus está “lejos de terminar”. Las medidas actuales para frenar la propagación del virus simplemente están sirviendo para ganar tiempo para que los países se preparen para las transmisiones comunitarias a gran escala. Incluso con todas las medidas, el riesgo de transmisión no desaparecerá mientras continúe la pandemia. Por no decir que las consecuencias económicas de la pandemia podrían llevarnos directamente a la pobreza. Las infecciones han superado la escalofriante cifra de más de 800.000 casos y más de 40.000 muertes. Pero el SARS-COV-2 no es la única amenaza a la que nos enfrentamos.
A principios de marzo, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) anunció que un asteroide pasaría cerca de la Tierra. Este asteroide fue considerado como grande y potencialmente peligroso. El asteroide denominado 2012 XA133 pasaría el jueves 26 de marzo (27 de marzo en Nigeria) a una velocidad de 85.000 km/h. Después de analizar la órbita natural del asteroide, la NASA lo clasificó como miembro de la familia Apolo. Según la NASA, este asteroide seguía una trayectoria que se extendía más allá de la órbita de Marte. Pero incluso así, los astrónomos consideraron que su acercamiento no era un peligro para nuestro planeta. Y como era de esperar se equivocaron.
Asteroide 2012 XA133
Un equipo de expertos ha concluido que una misteriosa explosión que sacudió Akure, la capital del estado de Ondo, Nigeria, el sábado, fue causada por un fragmento desprendido del asteroide 2012 XA133. Los investigadores dirigidos por Adepelumi Adekunle, profesor de geofísica e ingeniería sísmica en la Universidad Obafemi Awolowo, dijeron que los meteoros afectaron la ubicación desde “un ángulo de 43 grados”.
Según informó el periódico independiente nigeriano TheCable, el impacto ocurrió el sábado por la mañana, varios residentes tuvieron que ser hospitalizadas a causa de graves heridas y muchas casas fueron destruidas.
The Actual Story of what happened in Akure.
An unknown truck conveying explosives caught fire around 1:00am and exploded along Akure-Owo Road and the vehicle is currently buried in the sand.
More details soon. pic.twitter.com/v3REZCZMBr
— Ondo First Born® (@OndoFirstBorn) March 28, 2020
La explosión también provocó un profundo cráter, cortando el camino e impidiendo el paso de vehículos. Rotimi Akeredolu, gobernador del estado, dijo a los periodistas que la explosión ocurrió después de que explotara un camión que transportaba explosivos a una cantera.
“Los jefes de seguridad me informaron que, en las primeras horas del sábado 28 de marzo, un vehículo en un convoy que transportaba explosivos a una instalación de almacenamiento en un estado vecino sufrió una falla mientras se dirigía por la carretera Akure Owo a unos 2 km del aeropuerto de Akure”, dijo el gobernador.
Pero el profesor de geofísica dijo que los hallazgos de su equipo sugieren que la explosión fue causada por un fenómeno natural, lo que contradice la versión del gobernador. Agregó que no encontraron evidencia de ningún vehículo enterrado, carga enterrada o explosivos, y lo que se encontraron fue con rocas y objetos metálicos extraños dentro del cráter.
“Mi grupo de investigación realizó un análisis detallado del sitio de impacto”, dice el informe. “Se encontró un cráter de impacto circular con 21 metros de diámetro y 7,8 metros de profundidad que sugiere un fenómeno natural. Se encontró agua saliendo de los bordes del cráter. Se realizó un estudio preliminar de vibración in situ, ruido, sismicidad, análisis de agua, estudios de radioactividad, investigación de rocas y suelos. Nuestros hallazgos sugieren que el impacto de la explosión cubre un radio de 1 kilómetros de los alrededores del cráter. No se encontraron pruebas de fuego o quemaduras de nada en las proximidades. No se encontró evidencia de radiactividad dentro del cráter y sus inmediaciones. La evidencia de campo apunta a la conclusión de que un meteorito de un cinturón de asteroides que viajaba a gran velocidad desde el espacio impactó en la ubicación en un ángulo de 43 grados y creó una eyección en la parte sudoeste.”
También dijeron que en la pared de la mayoría de los edificios de la zona se produjo una abertura de grietas que variaba en grosor de 3 milímetros a 4 metros, pero no en la base de los edificios.
Ha vuelto a pasar
Lo cierto es que esta no es la primera vez que la NASA no es capaz de detectar el impacto de un asteroide. Recordemos que el 15 de febrero de 2013 un superbólido cruzó la atmósfera y cayó cerca de la ciudad rusa de Chelyabinsk. La roca espacial explotó a unos 20 kilómetros de altura liberando una energía de 500 kilotones, unas 30 veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima. La onda expansiva provocó daños en edificios, especialmente en ventanas y cristales, así como 1.491 heridos. Unos 5.000 kilogramos de fragmentos de meteoritos alcanzaron el suelo, incluido el de 650 kg que se recuperó en el lago Chebarkul. Y curiosamente, la entrada del bólido coincidió el mismo día en que se aproximó a la Tierra el asteroide (367943) Duende.
Y el pasado año comunicaciones internas de la NASA revelaron que los funcionarios de la agencia espacial estadounidense admitieron que no lograron detectar un enorme asteroide, bautizado 2019 OK, que el 25 de julio pasó inusualmente cerca de la Tierra a una velocidad de más de 24,5 kilómetros por segundo. Por suerte no ocurrió nada, pero las consecuencias hubiesen sido realmente devastadoras.
Preludio de una inminente catástrofe
Tal vez lo ocurrido en Nigeria puede ser el preludio de algo mucho peor. La NASA dijo este mismo año que sus sistemas de seguimiento automatizados en el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra detectaron un asteroide tan grande que podría aniquilar a toda la raza humana. Oficialmente llamada 52768 (1998 OR2), la roca espacial gigante se acerca hacia la Tierra a una velocidad de 31,320 km/h y se espera que llegue a nuestro planeta el próximo 29 de abril.
Lo que está claro es que la pandemia de coronavirus nos está enseñando algo muy importante, que la comunidad científica es incapaz de protegernos de graves amenazas. Y si nos basamos en lo que está ocurriendo en la actualidad, es cuestión de tiempo que un asteroide acabe provocando una gran destrucción, sin que podamos hacer absolutamente nada. La realidad es que, como siempre, de nosotros depende la supervivencia.
Yo vengo diciendo muchos años que estan preparando una invasion reptiliana
y esto solo es parte del bombardeo que nos tienen sometidos una vez aquí otra alli
para que la gente no se enteres y crea que no pasa nada