Estudiante ingles sale del coma con sorprendentes capacidades psíquicas

Cuando hablamos de capacidades psíquicas, es inevitable no recordar “La Zona Muerta”, la exitosa novela de Stephen King y también una de las películas más emocionales del genio del terror y el suspense David Cronenberg. El director fue el encargado de llevar a la gran pantalla la arquetípica novela de King, la cual se centra en la vida de un maestro llamado Johnny Smith (interpretado por Christopher Walken) y quien planea casarse con Sarah Bracknell (interpretada por Brooke Adams).

Pero la vida de Johnny cambia radicalmente debido a un accidente de coche. La fuerte colisión hace que Johnny acabe en un estado de coma durante cinco años de su vida. Pero al despertar se da cuenta que su viaje a lo desconocido le ha dado un poder psíquico que invade su vida con visiones de horrores futuros.

Y como ya publicamos en “las capacidades psíquicas de Peter Hurkos”, Stephen King se basó en la peculiar vida de Peter Hurkos, un holandés que recibió sus capacidades psíquicas en 1943, mientras pintaba un edificio para los nazis en la Holanda ocupada. Dicha esta breve introducción, la historia parece que vuelve a repetirse. Esta vez un joven británico que fue atacado brutalmente y que le causó un coma de dos semanas, cuando se despertó se dio cuenta de que tenía unas sorprendentes capacidades psíquicas.

Las capacidades psíquicas de Rob Ball

Rob Ball, de 22 años, fue agredido en un aparcamiento de Londres un viernes por la noche en el año 2009. Ball recibió fuertes golpes en el lado de la cabeza, causando un grave trauma en el lado izquierdo de su cerebro. Estuvo hospitalizado en el Hospital de la Reina, Romford, con lesiones en la cabeza que amenazaban gravemente su vida.

Pero lo que no sabía Rob era que su vida cambiaria para siempre ya que estuvo en coma durante dos semanas y su familia pensó que nunca se recuperaría. Él perdió la mayor parte de su memoria y tuvo que aprender las habilidades básicas como caminar de nuevo. En declaraciones a los medios de comunicación poco después del feroz ataque, Ball dijo:

“Sentía como si mi cabeza me fuera a estallar, y estoy convencido de que iba a morir en cualquier momento, ya que ha tenido un gran impacto en mi vida. Era como un Déjà vu continuo. No sé si es algo que tiene que ver con la lesión en la cabeza, pero no dejo de pensar. Me acuerdo de esto antes, y creía que algo iba a salir mal.”

Sin embargo, cuando Ball se despertó, el ex promotor del club nocturno descubrió que tenía lo que parecía ser inusuales capacidades psíquicas. Poco después de dejar el hospital comenzó a escuchar voces en su cabeza que le decían cosas de otras personas:

“Escuchaba unas extrañas voces muy claras diciéndome cosas acerca de ellos, era como si mi cabeza estuviera a punto de estallar. En ocasiones, en la calle recibía mensajes que predican la enfermedad, el amor y la muerte de las personas. La gente se sorprende cuando puedo decirles ciertos datos personales.»

Incluso la madre de Rob, Chrissie Bacon, dice que le ayudó a encontrar unas llaves perdidas en la casa de su propia madre, detallando el lugar exacto donde se encontraban. Rob, ahora de 27 años de edad, también ha predicho el sexo de siete bebés por nacer y dice que quiere ser un psíquico profesional.

Por su parte, el director de la Clínica de Rehabilitación de Daño Cerebral dijo a los medios de comunicación que él nunca ha oído hablar de alguien que ha tenido un traumatismo craneal y que haya sido el detonante para las capacidades psíquicas, pero sí que es cierto ha tenido casos de personas que adquieren nuevas habilidades o que adoptan acentos extranjeros, un misterio que continua sin explicación para la ciencia.

Rob Ball, el nuevo Peter Hurkos

Como hemos podido comprobar, la vida de Rob Ball tiene un cierto paralelismo a la de Peter Hurkos, que debido al fuerte traumatismo adquirió capacidades más allá de lo racional. Es más, su reputación fue tal que trabajó para el FBI y otras organizaciones gubernamentales para esclarecer casos de asesinatos y desapariciones. Y finalizamos esta sorprendente noticia con las palabras del propio Hurkos:

“A veces pensaba que estaba loco, y otras veces deseé estar muerto. Nadie puede imaginar lo inquietante que es ver a la gente, los médicos, enfermeras o pacientes, y saber todo acerca de ellos en un instante. Yo no quería saberlo, yo no quería entrometerme en la vida privada de otras personas, pero no se me dio ninguna opción. De vez en cuando, cuando alguien pasaba al lado de mi cama mi atención era dirigida al individuo, sentía una conmoción mental, y luego comenzaba a formar imágenes claras en mi cabeza, como si yo visualizara mi propia habitación en la casa, pero estas imágenes eran de lugares y personas que nunca había visto antes. Muchas veces los rostros eran borrosos, y muchas veces no los veía con claridad. Pero las imágenes estaban allí, casi constantemente”.