Quiero compartir esta “curiosa noticia”:
Un conductor estrelló un Lamborghini Huracán, valorado nuevo en 220.000 euros, el pasado domingo en Huelva contra una caseta de la luz, y posteriormente abandonó el vehículo, totalmente destrozado. Según publica ABC de Sevilla, conductor y copiloto fueron localizados posteriormente por la Policía Municipal en el Hospital Juan Ramón Jiménez de la capital onubense. Se les imputa un delito de conducción temeraria.
Pero lo que me llamó la atención fue que la caseta de la luz donde se estrelló había un grafiti que ponía: 666.
¿Casualidad? ¿O existe un “destino final”?