Más de 100.000 personas infectadas. Casi 4.000 muertos. El miedo se propaga más rápido que el virus. Las fábricas están cerradas. Las carreteras están bloqueadas. Ciudades y pueblos sellados. El estallido del nuevo coronavirus de 2019 (COVID-19) es la crisis sociopolítica más grave del siglo XXI. La propagación del virus a través de las fronteras ya está teniendo profundos efectos en la economía global, la política y la seguridad. La novedad del virus deja muchas incógnitas. Todavía no se conoce su transmisibilidad y virulencia. No se sabe bien del todo el período de incubación, que podría durar hasta 24 días. Tampoco sabemos qué tan infecciosas son las personas antes de que se manifiesten sus síntomas y por qué algunos casos de repente se vuelven graves. Tampoco entendemos por qué algunos pacientes dieron positivo por segunda vez, incluso después de que aparentemente se recuperaron.
Los rumores crecen sobre el miedo y la incertidumbre, y el estallido del nuevo coronavirus nos deja más preguntas que respuestas. A las pocas semanas de la aparición del patógeno, las redes sociales se llenaron con todo tipo de teorías sobre que el virus era un arma biológica, ya sea escapado de un laboratorio en Wuhan o robado de unas instalaciones canadienses. Si bien hasta el momento no hay evidencias de que estas teorías sean ciertas, la verdad es que Estados Unidos y China tienen capacidad suficiente para desarrollar armas biológicas. Lo único que sabemos ahora es que nos enfrentamos a una de las pandemias más mortíferas de la historia, o por lo menos esto es lo que dicen un nuevo estudio publicado por la Universidad Nacional Australiana.
68 millones de muertes
La cifra global de muertes por coronavirus podría alcanzar hasta los 15 millones en el mejor de los casos, según un nuevo estudio. La investigación realizada por la Universidad Nacional Australiana también predice que el producto interno bruto (PIB) global podría reducirse hasta 2.3 billones de dólares incluso en lo que llaman una pandemia de “bajo nivel”. En el escenario más catastrófico, el número de muertos podría alcanzar la asombrosa cifra de 68 millones, incluidos cientos de miles de muertes en Europa, Reino Unido y Estados Unidos. En este caso, las economías de algunos países se reducirían hasta un ocho por ciento en una crisis mundial.
Warwick McKibbon y Roshen Fernando, dos investigadores que publicaron el artículo, advierten que incluso un brote contenido podría afectar significativamente la economía global a corto plazo. En el llamado caso de “baja gravedad”, la tasa de mortalidad en China se estima en alrededor del dos por ciento y se ajusta a otros países.
La tasa de mortalidad mundial ha ido en aumento en las últimas semanas, que actualmente ronda el 3,4 por ciento. En el caso de que la pandemia sea de “bajo nivel”, el estudio predice que más de 15 millones de personas morirían dentro del primer año del brote, que supuestamente comenzó en China el pasado diciembre.
“Estas muertes estimadas por COVID-19 se pueden comparar con una temporada regular de influenza en los Estados Unidos, donde mueren alrededor de 55.000 personas cada año», señalan los investigadores.
La economía global sufriría un duro golpe de 2.3 mil millones de dólares, y en Australia y Europa comenzaría una nueva recesión. En el pronóstico de ‘alta severidad’, el brote de coronavirus causaría un número catastrófico de muertes de más de 68 millones de personas en todo el mundo. Los muertos incluirían a más de 12 millones de personas solo en China, así como a 1,1 millones en los Estados Unidos. En Rusia el número de víctimas mortales se acercaría a un millón.
También hay una estimación de «gravedad media», en la cual la cifra global de muertes sería de alrededor de 38 millones y el impacto económico mundial de alrededor de 5.3 billones de dólares. Los investigadores dicen que la probabilidad de cualquiera de sus resultados proyectados es ‘altamente incierta’.
“El objetivo no es ser definitivo sobre el brote de virus, sino proporcionar información importante sobre una gama de posibles costos económicos de la enfermedad”, dicen los investigadores. “En medio de la desaceleración de la economía china con interrupciones en la producción, el funcionamiento de las cadenas de suministro mundiales se ha visto gravemente afectadas. Las empresas de todo el mundo, independientemente del tamaño, que dependen de los insumos de China, han comenzado a experimentar contracciones en la producción. El transporte limitado e incluso restringido entre países ha frenado aún más las actividades económicas mundiales. Lo que es más importante, algo de pánico entre los consumidores y las empresas ha distorsionado los patrones de consumo habituales y ha creado anomalías en el mercado. Los mercados financieros globales también han respondido a los cambios y los índices bursátiles mundiales se han desplomado. En medio de la turbulencia global, en una evaluación inicial, el Fondo Monetario Internacional espera que China se desacelere en 0.4 puntos porcentuales en comparación con su objetivo de crecimiento inicial a 5.6 por ciento, también desacelerando el crecimiento global en 0.1 puntos porcentuales.”
Los investigadores dicen que se requerirá una ‘gama de respuestas de política’ para prevenir el desastre.
COVID-19 vs gripe
Lo cierto que el nuevo coronavirus ha provocado un efecto inesperado. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como los medios de comunicación y algunos teóricos de la conspiración están de acuerdo de que está habiendo un alarmismo innecesario sobre el COVID-19, aunque cada uno tiene su versión. Mientras que las versiones oficiales simplemente nos dicen que debemos tener cierta precaución, dejar de comprar mascarillas de protección y mantener un distancio de seguridad de un metro, los teóricos de la conspiración creen que se trata de una simple gripe que esta siendo utilizada para probar el miedo en la población y poder instaurar el Nuevo Orden Mundial. Pero, en cualquier caso, todos nos dicen que no hay que preocuparse.
Sin embargo, hay diferencias entre la gripe y el coronavirus. Para empezar, no existe una vacuna para el COVID-19 y podría llevar muchos meses o años sacar una al mercado. Lo que es peor, los médicos temen que el virus mute. La gripe común y el COVID-19 provienen de diferentes familias de virus. Por ejemplo, la influenza ha existido por más de 2.000 años. Los científicos dicen que los “nuevos virus de la influenza A” en humanos provocan una pandemia aproximadamente una vez cada 40 años. Pero, de nuevo, existen vacunas contra la gripe.
Si bien tanto la gripe como el COVID-19 pueden transmitirse de manera similar, también existe otra importante diferencia: el nuevo coronavirus puede propagarse a través de la transmisión por el aire, lo que significa que pequeñas gotas que permanecen en el aire pueden causar enfermedades en otros incluso después de haber sido infectado. Por no mencionar que, si bien las estimaciones de las tasas de mortalidad por coronavirus varían, siguen siendo mucho más altas que las de la gripe. Y, por último, parece bastante ridículo que los expertos quieran comparar las muertes de la gripe común y el COVID-19 en un año, ya que la propagación del nuevo coronavirus acaba de empezar y no sabemos como acabará. Y según la investigación de la Universidad Nacional Australiana, no muy bien.
¿Estás preparado para sobrevivir al COVID-19?
Im ready for die