Son muchos los que aseguran que están viendo las señales de un apocalipsis inminente desde hace un tiempo, tal como lo predijo la Biblia. Y lo cierto es que, para las personas de muchas religiones, e incluso para no creyentes, el fin del mundo está cerca. No solo hay una plaga, sino que cientos de miles de millones de langostas han invadido el este de África. Los incendios forestales han devastado Australia, matando una cantidad incalculable de animales. Un terremoto en Utah, EE. UU., sacudió el templo de Salt Lake City, causando que la trompeta dorada cayera de la mano derecha del ángel Moroni.
Pero la historia del apocalipsis es antigua. Según los escépticos, en las antiguas tradiciones religiosas más allá del cristianismo, incluidos el judaísmo, el islam y el budismo, es una historia recurrente que surge en momentos de crisis social y política, a medida que las personas intentan procesar eventos sin precedentes o impactantes. Aunque hay que decir que este año están ocurriendo todas las “señales” a la vez, como en Pekín, China, donde el cielo se oscureció durante el día.
Oscuridad en Pekín
El jueves 21 de mayo, los principales líderes de China se reunieron en Pekín para las reuniones anuales después de aplazarse dos meses debido a la pandemia de coronavirus. Las dos sesiones se refieren a las reuniones anuales de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC), un cuerpo asesor de más de 2.000 miembros, y el Congreso Nacional del Pueblo, el principal cuerpo legislativo de China, para promulgar políticas y agendas, además de leyes que afectan a los cristianos.
Cuando la reunión del CPPCC comenzó a las 15:00 horas del jueves, los cielos de Pekín fueron repentinamente envueltos por la oscuridad, volviéndose completamente negros aproximadamente a las 15:45, cuando también surgieron fuertes rayos y truenos, seguidos de una extraña lluvia torrencial. Edward Lawrence, cámara de la BBC, grabó la siniestra escena y la publicó en su cuenta de Twitter, al igual que muchos otros internautas.
Otras partes de China también experimentaron extraños fenómenos. Pero aquí no acaba todo ya que, al día siguiente, el 22 de mayo, mientras el Congreso Nacional del Pueblo celebraba su ceremonia de apertura, la ciudad de Cantón, sur de China, sufrió graves inundaciones, con algunos barrios donde el agua llegó a subir casi un metro. Esto ocurrió poco después de las tormentas de granizo unos días antes en la provincia oriental china de Shandong y en la ciudad occidental china de Chongqing, donde las bolas fueron tan grandes como huevos de gallina que destruyeron campos agrícolas. Pero algo extraño está ocurriendo en China, ya que este año se ha convertido en un “annus horribillis”, y no muestra signos de disminuir.
Plagas y pandemias
Desde el verano de 2018, el “reino del medio” ha sido sacudido por una serie de plagas con implicaciones para la seguridad alimentaria, la salud pública y el crecimiento económico. La primera comenzó en junio de 2018 cuando EE. UU. amenazó con aplicar aranceles a productos chinos por un valor de hasta 550 mil millones de dólares. A esto le siguió el deterioro de las relaciones chino-estadounidenses con las guerras arancelarias.
La segunda plaga fue el brote de la peste porcina africana dos meses después, en agosto de 2018, que acabó con un tercio de la población porcina de China, que ascendía a más de 100 millones en septiembre de 2019. Esto provocó que los precios de la carne de cerdo se dispararan hasta un 110% interanual, causando más más de 140 mil millones de dólares en pérdidas directas.
La tercera plaga es la inminente invasión de langostas que actualmente está afectando a los países vecinos de Pakistán e India. Desde septiembre de 2019, un enjambre de 360 mil millones de langostas ha llegado desde África Oriental a través del Medio Oriente y el sur de Asia, y estos enjambres ahora podrían ingresar a la región del Tíbet desde Pakistán e India, la provincia suroccidental de Yunnan a través de Birmania, o vía Kazajstán hacia la región china de Sinkiang.
Junto con la pandemia de coronavirus, este enjambre de langostas de proporciones bíblicas podría destruir definitivamente la economía gravemente afectada por el coronavirus y amenazar su seguridad alimentaria. Las langostas del desierto son una de las plagas más antiguas y destructivas del mundo y, según las Naciones Unidas, un enjambre que mide un kilómetro cuadrado puede consumir tanta comida en un día como 35.000 personas.
Tambores de guerra
Ahora, con la pandemia de Covid-19 y muchos países uniéndose contra China para investigar los orígenes del virus, hay rumores de una nueva Guerra Fría entre China y Occidente. Los países europeos, tradicionalmente vistos como agnósticos en la rivalidad chino-estadounidense, comenzaron a ver a China de manera diferente después de la pandemia. Por primera vez en diciembre, la OTAN reconoció los “desafíos” de China, y posteriormente el jefe de la OTAN, censuró a Pekín por su desinformación y encubrimiento del coronavirus.
Enfadados y resentidos por las devastadoras pérdidas económicas como resultado de la pandemia, varios países de todo el mundo ahora están experimentando una creciente ola de hostilidad hacia China. Al percibir esta amenaza, en abril, la agencia de inteligencia de China emitió un informe interno a los líderes chinos advirtiendo que el sentimiento global contra China está en su punto más alto desde la represión de la Plaza de Tiananmén de 1989, y que se preparará en el peor de los casos para la confrontación armada en el mundo post-coroanvirus.
Para algunos todas estas señales, junto el cielo negro sobre Pekín, es una clara evidencia de que la humanidad se encuentra en el fin de los tiempos. Tal vez este sea el verdadero Apocalipsis del que tanto se ha hablado.
¿Qué opinas sobre el cielo negro de Pekín? ¿Es una señal apocalíptica?
