A principios de este año un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kent, Inglaterra, revelaba que las personas que creen en las teorías de la conspiración tienen más probabilidades de ser egoístas y narcisistas. Además, mostraba fuertes vínculos entre la creencia en este tipo de teorías y rasgos psicológicos negativos. Pues parece ser que los investigadores de la Universidad de Kent han quedado retratados, ya que los teóricos de la conspiración vuelven a tener razón.
Finalmente, “la verdad está ahí fuera”, después de que el Pentágono admitiera haber llevado a cabo un programa secreto de investigación OVNI durante cinco años hasta el 2012. La propia operación de “Expediente X” del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, conocido como el Programa Avanzado de Identificación de Amenaza Aeroespacial, se cerró luego de un cambio en las prioridades de financiamiento. Pero la sorprendente revelación ha planteado más preguntas que respuestas, incluso si el programa se ha cerrado por completo, o simplemente si continúa operativo en secreto.
¿Qué es este misterioso programa?
Las investigaciones sobre ovnis se realizaron a través del el Programa Avanzado de Identificación de Amenaza Aeroespacial del gobierno de los Estados Unidos. El periódico estadounidense The New York Times reveló la existencia del programa a través de una serie de entrevistas y solicitudes de documentos gubernamentales y el Pentágono lo acaba de reconocer. Es más, el ex oficial de inteligencia militar Luis Elizondo ejecutó el programa “en el quinto piso del anillo C del Pentágono”, en lo más profundo del laberíntico edificio. Sin embargo, algunas partes del programa permanecen clasificadas.
Una de las investigaciones OVNI realizadas por el programa involucró el estudio de vídeos de aviones militares estadounidenses y objetos desconocidos. En un vídeo del Departamento de Defensa descalcificado en agosto muestra un “objeto oval blanquecino del tamaño de un avión comercial” perseguido por dos aviones de combate Boeing F/A-18 Super Hornet detectado por el USS Princeton en 2004. El OVNI apareció de la nada a unos 24.000 metros de altura, cayendo en picado hacia el mar, y luego flotando sobre el agua a 6.000 metros. Luego volvió a ascender para seguidamente descender por debajo del alcance del radar del USS Princeton, considerado el más sofisticado y poderoso del planeta.
Según el The New York Times, la misteriosa nave volaba de forma errática, permaneciendo sobre la perturbación de las olas, pero sin moverse en una dirección específica. El comandante David Fravor explicó que la perturbación en las olas era espumosa, como si el agua estuviera hirviendo. Cuando el avión se acercó al misterioso objeto, este aceleró como nunca antes lo había visto y desapareció. Pero entonces sucedió algo que dejó a los pilotos sin palabras. Cuando los aviones comenzaron a retirarse a otra posición a 90 kilómetros de distancia, el radar mostró que el objeto reapareció allí en menos de un minuto.
¿Cómo estuvo involucrado en este proyecto un ex senador?
El demócrata del estado de Nevada y ex senador de los Estados Unidos Harry Reid presionó para obtener fondos para el programa en el 2007, según la investigación del The New York Times. Reid se describe a si mismo como alguien que durante mucho tiempo ha tenido interés en los fenómenos espaciales.
“No me avergüenzo ni pido disculpas por darle inicio a esto”, dijo Reid al The New York Times. “He hecho algo que nadie había logrado antes.”
Y resulta que el interés de Reid fue compartido por uno de sus amigos de Las Vegas, el multimillonario magnate inmobiliario Robert Bigelow. Una parte de los fondos para las investigaciones ovnis procedió de la firma aeroespacial de Bigelow. El The New York Times obtuvo contratos que muestran que el Congreso asignó apenas menos de 22 millones de dólares al programa a partir de fines de 2008, que extendió hasta 2011. El presupuesto otorgado a la firma de Bigelow fue utilizado para la gestión del programa, investigación y evaluaciones de la amenaza planteada por los misterios objetos.
La cadena de televisión estadounidense CBS describió a Bigelow como alguien “obsesionado con los ovnis y los extraterrestres», además de estar absolutamente convencido de que los alienígenas son reales y que las naves espaciales de otros planetas ya han aterrizado en nuestro planeta. El multimillonario está trabajando actualmente con la NASA para producir naves espaciales expandibles para que los humanos las usen en el espacio.
¿Y qué dicen los escépticos de esta sorprendente noticia?
Era de esperar que una noticia así creara todo un revuelo a nivel general. El hecho de que la opinión publica tenga que dar la razón a los teóricos de la conspiración que llevan años denunciando este tipo de proyectos no ha sentado nada bien a ciertos círculos. Sara Seager, una astrofísica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha sido una de las primeras escépticas en pronunciarse al respecto. Seager dijo al The New York Times que solo porque se desconoce el origen de un objeto volador, no significa que sea una nave espacial de otro planeta o galaxia. Sin embargo, reconoció que los fenómenos inusuales “valen la pena investigarlos en serio”, ya que existen fenómenos en la ciencia que no se pueden explicar.
Por su parte, James E. Oberg, un ex ingeniero de transbordadores espaciales de la NASA y autor de 10 libros sobre vuelos espaciales, dijo que hay muchos eventos prosaicos y rasgos de percepción humana que pueden explicar vídeos como el descalcificado por el Pentágono. Como podemos comprobar, los escépticos se niegan a aceptar la idea de que naves de otros mundos estén visitando nuestro planeta e intenta buscar otras explicaciones por absurdas que sean.
Pero lo importante de la revelación del The New York Times es que los teóricos de la conspiración vuelven a tener razón, y lo que llevan tiempo denunciado al final ha salido a la luz. Ahora solo falta saber que otras teorías se harán realidad: ¿Nibiru, la falsa invasión extraterrestre, falsas banderas o tal vez reptilianos están entre nosotros?