En la madrugada de este domingo al lunes 4 de diciembre seremos testigos de la presencia de la mayor luna de 2017 y será un 14 % más grande de su tamaño habitual. Nuestro único satélite natural se acercará a 357.495 Kilómetros de la Tierra, que además coincidirá con el periodo de Luna llena. Sin embargo, algunos expertos en la materia aseguran que el aumento de la fuerza gravitacional en la Tierra podría incrementar el riesgo de que ocurran grandes terremotos o tsunamis.
Catástrofes a nivel planetario
Investigadores afirman que el aumento de la fuerza gravitacional de la Luna, a medida que se acerca a la Tierra, podría provocar que ciertas fallas desencadenen catastróficos terremotos en tierra o en el océano. Una superluna ocurre cuando una luna nueva o llena se encuentra en su aproximación más cercana a la Tierra, lo que hace que parezca hasta un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más brillante de lo normal. Y algunos expertos afirman haber descubierto evidencias de terremotos importantes que ocurren en el momento o días posteriores a superluna.
Es más, algunos científicos ya están reconociendo que existe una correlación entre las superlunas y el efecto que tiene en las mareas de la Tierra y las placas tectónicas. Si observamos las últimas cuatro superlunas coinciden el destructivo terremoto y tsunami de Indonesia ocurrido en 2004, el mayor terremoto en China en 2008, el terremoto de Chile en 2010 o el terremoto y posterior tsunami de Japón de 2011.
Si bien se sabe que la Luna tiene cierta influencia en los océanos, la ciencia no se pone de acuerdo sobre el impacto que puede tener sobre la actividad sísmica en la Tierra. Un estudio de científicos japoneses revelaba que podría haber un vínculo entre la Luna, la actividad sísmica y las mareas. El estudio, publicado en el periódico científico Nature Geoscience, describía las correlaciones como “potencialmente significativas”.
“La posibilidad de desencadenar terremotos se ha investigado desde el siglo 19, y numerosos estudios han investigado este tema”, dice el estudio. “Se han descubierto correlaciones estadísticamente significativas entre la sismicidad y el estrés de las mareas utilizando grandes conjuntos de datos, pero las correlaciones generalmente se limitan a regiones o circunstancias especiales.”
Los científicos japoneses explican en el estudio que cuando se produce una alienación entre el Sol, la Tierra y la Luna, en luna nueva o llena, las tensiones de las placas tectónicas y las mareas en la Tierra se maximizan. Y si ocurre durante una superluna, los efectos son aún más fuertes, con una fuerza desde la Luna hasta un 50% mayor. Sin embargo, aún hay científicos que se muestran escépticos con esta teoría, y aseguran que no es suficiente para representar un riesgo importante.
“Los efectos en la Tierra de una superluna son menores, y de acuerdo con los estudios más detallados de los mejores sismólogos y vulcanólogos, la combinación de la Luna más cercana a la Tierra en su órbita y está en su ‘luna llena’ la configuración (relativa a la Tierra y al Sol) no debería afectar el balance energético interno de la Tierra ya que hay mareas lunares todos los días”, dijo James Garvin, jefe científico del Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA. “La Tierra ha almacenado una cantidad tremenda de energía interna dentro de su delgada corteza exterior, y las pequeñas diferencias en las fuerzas de marea ejercidas por la Luna (y el Sol) no son suficientes para superar las fuerzas mucho más grandes dentro del planeta debido a convección y otros aspectos del balance energético interno que impulsa las placas tectónicas.”
En resumen, lo que quiere decir Garvin es que no existe ninguna relación entre las superlunas y los grandes terremotos ocurridos en este periodo, que todo es una simple casulidad.
Superlunas y el apocalipsis
Pero algunos van más allá, y creen que esta superluna es una señal del fin de los tiempos tal como lo conocemos. Expertos en profecías apocalípticas están convencido de que el dios del Sol Ra está regresando a la Tierra. Entonces, la superluna del 3 de diciembre es el tercer signo de Amón-Ra.
Según esta teoría, el perigeo de luna llena es supuestamente el tercer signo de la llegada de Amón-Ra, después del Eclipse Solar de agosto y la invasión de caracoles marinos en San Petersburgo, Florida. Pero hay más, el 3 de diciembre también se corresponde con el pasaje bíblico del Apocalipsis 12:3 que habla de la llegada de un “gran dragón rojo” al final de los tiempos.
“Entonces apareció otra señal en el cielo: he aquí, un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas. Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo cuando ella diera a luz…”
La superluna del domingo al lunes será la primera de las tres superlunas que tendrán lugar en el calendario próximamente. Le seguirán la del 1 de enero de 2018 y el 31 de enero de 2018. Tal vez sea una coincidencia, pero lo que ha sido ya apodado como la “trilogía de superlunas” podría traer consigo grandes catástrofes a la Tierra, y tal vez, ser el comienzo del fin de los tiempos.
Si que es verdad que con las superlunas hay catástrofes debido al acercamiento de esta y eso no es algo que se pueda tomar a la ligera, son desastres naturales. Pero si se puede predecir algún desastre para mitigar los daños casi que mejor.
Otra superluna… sin novedad en el frente