En la costa oeste de California se encuentra el cinturón de Fuego del Pacífico, donde tiene lugar la mayor parte de la actividad sísmica del mundo. Se detectan miles de terremotos en este estado norteamericano cada año, muchos de los cuales son temblores inofensivos de baja magnitud. Pero California vive bajo el miedo del llamado “Big One”, un evento sísmico con consecuencias potencialmente desastrosas para América y parte del mundo. El ‘Big One’ es un término utilizado para describir un futuro terremoto potencialmente catastrófico a lo largo de la falla de San Andrés en el sur de California. Nadie sabe cuándo ocurrirá, ya que nuestra tecnología no está lo suficientemente avanzadas como para pronosticar terremotos.
Sin embargo, todos los expertos coinciden en que el Big One se está retrasando. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés), los científicos han encontrado evidencias de la línea de falla que muestran que ha excedido el tiempo promedio entre grandes terremotos. Y la última vez que un gran terremoto sacudió California fue en 1906. Pero ahora un nuevo estudio advierte que la falla Garlock, que atraviesa el desierto de Mojave en el sur de California, se ha estado moviendo por primera vez desde que existen registros. Y la falla es capaz de producir un terremoto de magnitud 8 en cualquier momento.
Inminente Big One
En cualquier momento, un terremoto de magnitud 8 o superior podría sacudir California, provocando una catástrofe inimaginable. Los científicos creen que el “Big One” es inminente, aunque no están seguros de dónde o cuándo ocurrirá. Entonces, cuando los investigadores detectaron una extraña actividad sísmica a lo largo de una falla importante de California esta semana, surgió una pregunta: ¿se acerca “el Grande”?
El jueves, los científicos publicaron un estudio advirtiendo que la falla Garlock, que atraviesa el desierto de Mojave, se ha estado moviendo por primera vez desde que existen registros. La falla es capaz de producir un terremoto de magnitud 8, aunque actualmente se está moviendo a un ritmo lento y continuo, un proceso conocido como “reptaciones”. La razón de este cambio repentino fue la desestabilización causada por los terremotos de la ciudad californiana de Ridgecrest el pasado julio. Esos terremotos, un temblor de magnitud 6.4 el 4 de julio, seguido de un terremoto de magnitud 7.1 al día siguiente, se originaron a lo largo de otras dos fallas cercanas.
“Sabemos que las fallas se comunican entre sí”, dijo Richard Allen, director del Laboratorio de Sismología de la Universidad de California, Berkeley, a Business Insider. “Los dos terremotos de Ridgecrest fueron terremotos de magnitud bastante grande y están bastante cerca de la falla de Garlock, por lo que el cambio que causaron en los campos de estrés obviamente tendría un impacto.»
Podría desencadenar un inminente gran terremoto
Los investigadores pudieron detectar el deslizamiento a lo largo de la falla Garlock utilizando imágenes satelitales, que pueden detectar movimientos en la Tierra desde el espacio.
“Los satélites son lo suficientemente sensibles como para poder medir las cantidades más pequeñas de deformación en el suelo”, explicó Zachary Ross, el autor principal del nuevo estudio. “Si el camino que toma el radar es incluso ligeramente diferente, podemos decirlo.”
Aún así, Ross dijo que su equipo estaba sorprendido por sus resultados, siendo la primera vez que ven algo así. Tanto los terremotos como la fluencia ocurren cuando las placas tectónicas se deslizan lateralmente entre sí a lo largo de una falla. La diferencia es que la fluencia es lo suficientemente lenta como para no producir temblores. En algunos casos, puede hacer que la tierra se abulte, lo que puede dañar los edificios y la infraestructura, pero Allen dijo que todavía es mejor esto a un terremoto. La fluencia es relativamente común entre las fallas de California , incluida la falla de San Andreas, que los científicos han señalado como el origen del Big One. En muchos casos la fluencia reduce la tensión en las líneas de falla.
“Es absolutamente posible que pueda desencadenar un inminente terremoto”, dijo Ross.
Controversia científica
California ha experimentado un pequeño período de actividad sísmica en las últimas semanas, y curiosamente que ha coincidido con el 30 aniversario del terremoto de magnitud 6.9 Loma Prieta, que causó daños en el puente de la Bahía de San Francisco. Sin embargo, no todos los científicos están de acuerdo con el nuevo estudio. Wendy Bohon, geóloga del consorcio universitario de sismología IRIS, dijo que estos recientes terremotos “no son algo de lo que preocuparse demasiado”.
“Siempre es inusual tener dos terremotos de magnitud 4.5 en una semana en California”, dijo Allen. “Pero el efecto del cambio de estrés causado por esos dos terremotos es bastante mínimo”.
Pero por suerte son muchos los científicos que, en lugar de centrarse en terremotos aislados o actividad sísmica menor, están de acuerdo en que es mejor suponer que el Big One podría llegar en cualquier momento para estar preparados. Porque hay que recordar que el gran terremoto provocaría el verdadero apocalipsis en la Tierra.
¿Estás preparado para el Big One?