2019 terminó y 2020 comenzó para The Economist con una portada en la que no había imágenes o collages tradicionales para el semanario: fue estilizada como un test del oftalmólogo holandés Herman Snellen, que se ha convertido en el estándar mundial para probar la agudeza visual. Por supuesto, no fue solo una ilustración, sino algún tipo de críptico mensaje, abierto a la interpretación de millones de lectores. La publicación semanal es de 1.500.000 copias. Uno de los registros editoriales con mayor éxito fue en 2012, cuando la publicación superó las 1.600.000 copias.
Pero en la edición dedicada al inicio de 2020, uno podía apreciar las siguientes palabras clave: Trump, recesión, Xi (Jinping), clima, Brexit, inteligencia artificial (IA), Tokio, Marte, Rusia, biodiversidad, rata, Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y mucho más. Esto nos lleva a que las portadas de The Economist han sido relacionadas con teorías de conspiración, incluso con predicciones. En este contexto, la portada del 27 de junio de este año es muy curiosa, por decirlo de alguna manera, y se titula “La próxima catástrofe y cómo sobrevivir (The next catastrophe and how to survive it)”, lo que ha provocado todo un revuelo en las redes sociales. Se trata de una ilustración de Andrea Ucini y representa una familia de tres miembros. Los padres, e incluso el gato, con máscaras de gas y el niño, por alguna razón, solo con casco militar.
“La próxima catástrofe y cómo sobrevivir”
En un mundo gobernado por las élites, nadie sabe si lo que sucede es casualidad o si está preparado. “La próxima catástrofe y cómo sobrevivir (The next catastrophe and how to survive it)”, es el título de la nueva portada de la revista The Economist, propiedad de una de las familias más poderosas de la humanidad y un miembro activo de la élite que quiere establecer el Nuevo Orden Mundial, los Rothschild.
La portada muestra varios elementos inquietantes, la mayoría de ellos ilustrados en algunos cuadros detrás de una familia sentada en un sillón, con los padres y el gato con máscara de gas y el niño con casco militar. Muchas personas considerarían esta ilustración como una más de la revista, sin darle mucha importancia. Sin embargo, los expertos, analizando el trabajo del ilustrador Andrea Ucini, están convencidos de que realmente podría ser una advertencia de las próximas catástrofes que se avecinan. Entonces, ¿deberíamos prepararnos para un período de eventos muy siniestros que pondrán en peligro a la humanidad? Parece que la pandemia que estamos experimentando es solo el preludio de lo que está por venir.
La nueva portada de The Economist se basa en la supervivencia, también conocida como “Preppers”, un movimiento de personas que se prepara activamente para sobrevivir a un posible futuro distópico. Llevan años preparándose, ya sea para la inestabilidad del orden político y social, o para desastres naturales a nivel local, regional, nacional o incluso mundial. Ahora bien, el artículo en cuestión, al que hace referencia la portada, se titula “Los políticos ignoran los riesgos de largo alcance: necesitan mejorar implicación”, y dice los siguiente:
“La preparación es una de las cosas para las que se necesitan los gobiernos. En 1993, esta publicación aconsejó al mundo mirar hacia el cielo. En ese momento, el conocimiento de la humanidad sobre los asteroides que podrían impactar la Tierra era extremadamente escaso. Al igual que las guerras nucleares y las erupciones de grandes volcanes, la exposición a asteroides gigantes puede tener un efecto catastrófico sobre el clima; Si uno de ellos destruyera los cultivos en todo el mundo durante varios años, mataría a una parte importante de la población mundial. La probabilidad de tal incidente es cierto, era extremadamente improbable. Sin embargo, dadas tales consecuencias, tenía sentido estudiar y evaluar si tales amenazas existentes, pero nadie quería molestarse con esto. Los impactos de asteroides fueron un ejemplo extremo de ignorancia consciente en el mundo, quizás pero no atípico. Los eventos improbables de tremendo impacto son un hecho de la vida. Las personas buscan la protección de los gobiernos y, si pueden permitírselo, de las aseguradoras. La humanidad, al menos frente a los gobiernos mundiales, descubre en cambio una preferencia por ignorarlos hasta que se vea obligada a responder, incluso cuando el precio de la previsión es bajo. Pero esto se llama un descargo de responsabilidad y una traición al futuro.”
¿Significa esto que el año bisiesto del año coronavirus 2020 nos está preparando nuevas “sorpresas”? Pero volvamos al diseño de la portada de The Economist.
Mensajes crípticos
Ahora veremos los detalles inquietantes en la portada, comenzando con una familia sentada en un sofá con máscaras de gas y un casco. Esta situación puede interpretarse como una nueva pandemia que puede surgir y no afectará a los niños. Sin embargo, el casco militar en la cabeza del niño puede indicar que hay una gran posibilidad de guerra en el futuro cercano. El gato también tiene una máscara en la cara, este detalle muestra que el nuevo brote pude también afectar a los animales. Lo que está claro es que parecen estar preparándose para una catástrofe u otro evento. Pero lo más inquietante son las imágenes en la pared. Algunas de estas imágenes coinciden con las letras Illuminati y otras portadas de la revista The Economist, por lo que podrían ser mensajes de “programación predictiva”.
Comenzamos con una imagen de un cerdo que se refiere a la epidemia de gripe porcina, que puede reaparecer nuevamente. Los investigadores han encontrado una nueva cepa de virus gripal con “potencial pandémico” en China. Se trata de un virus llamado G4 EA H1N1, que puede contagiarse de cerdos a humanos, y que ha generado una nueva alarma sanitaria.
En la pared también podemos ver la imagen de un volcán en erupción. En este año hemos sido testigos de cómo ha vuelto a rugir el volcán Anat Krakatoa, emitiendo una columna de cenizas que alcanzaron los 500 metros.
La siguiente imagen se refiere al derretimiento de los polos, que se traduce como calentamiento global. Pero ¿te has ha preguntado qué pasaría si los polos de la Tierra se derritieran, pero no por el calentamiento global, sino por otro fenómeno inexplicable como una inversión de polos magnéticos? Si esto sucediera, el nivel del mar aumentaría, dejando grandes ciudades cerca de las costas bajo el agua.
Ahora bien, una de las imágenes más inquietantes y catastróficas es sin duda es la de un asteroide en dirección hacia la Tierra. Desde hace unos años, lo más importantes astrofísicos están advirtiendo sobre la posibilidad de que una roca espacial acabe impactando contra nuestro planeta, y lo pero de todo es que ni las agencias espaciales ni los gobiernos parecen escucharlos.
Al lado vemos una especie de aves migratorias, pero una de ellas está cayendo y esto podría referirse a una epidemia transmitida por aves como la gripe aviar.
En la pared también hay una imagen que tristemente ya conocemos, se trata de bacterias y otros microorganismos, lo que nos hace pensar que esta no será la última pandemia que experimentará la humanidad.
Otra imagen inquietante es donde vemos la imagen de un hongo nuclear. A principios de este 2020 el mundo estuvo a las puertas de una Tercera Guerra Mundial, después de que Irán amenazará a Estados Unidos por el asesinato del general Soleimani. ¿Será otro siniestro mensaje de programación predictiva?
El último cuadro vemos la imagen del Sol arrojando una gran llamarada, es lo que se interpreta como una tormenta solar. Una gran tormenta solar podría interrumpir las telecomunicaciones o incluso dañar algunos satélites … y, en el peor de los casos, podría causar el llamado “blackout” o “Gran Apagón”.
Terminamos con el detalle más importante y simbólico de esta portada, y es el reloj el que está en el centro de todas las imágenes. El reloj está a unos segundos de las 12 en punto, tal vez de la medianoche, y esto hace una clara referencia al Reloj del Apocalipsis, que actualmente se encuentra a tan solo cien segundos para el fin del mundo. El reloj, creado por el Boletín de Científicos Atómicos, es una representación metafórica para mostrar el tiempo que nos queda en el planeta. Si vemos la imagen, que marca unos segundos hasta la medianoche, y si la relacionamos con los otros retratos siniestros, diríamos que su portada anuncia que la humanidad se está acercando a su fin.
¿Qué ocurrirá?
La inquietante portada de The Economist ha provocado todo tipo de reacciones en la comunidad conspirativa. Hay innumerables teóricos de la conspiración intentando descifrar el verdadero mensaje, incluso algunos psíquicos advierten sobre los meses de julio y noviembre, especialmente comentan sobre la imagen donde se observa la llamarada solar y que podría desencadenar terremotos, erupciones volcánicas, tormentas geomagnéticas, pandemias, crisis económica y hambrunas.
Este análisis en la portada de The Economist es una lectura que debe tomarse como una posible hipótesis, algo que puede suceder, pero también puede no suceder. O puede ser que nos muestre una línea temporal, eventos que ya han ocurrido y finalizará con la Tercera Guerra Mundial. Lo cierto es que en la realidad en la que vivimos todo es posible. Debemos estar atentos a los eventos.
¿Cuál es tu opinión sobre la portada de la revista The Economist? No dudes en comentar a contención, tal vez quede poco tiempo.
Algunas enlazadas o todas, me explico. La Gripe Cerda ya hubo, esa me parece más de pegote. Lo de la llamarada solar, no parece algo tan grave a no ser que se hinche el sol y en otras épocas del planeta no hubo hielo en los polos.
Sin embargo un impacto de cometas o enjambre de cometas (y asteroides) suena cada vez más fuerte. Esto trae consigo primero incendios y erupciones volcánicas por doquier, así como terremotos y tsunamis. Acto seguido se desata un frío brutal (el Invierno Fimbul que decían los vikingos), una Edad de Hielo. La pequeña Edad de Hielo de la Edad media se piensa que fue provocado por fragmentos cometarios. Lo primero que acontece es una Gran Hambruna (como la de 1315-1320 y más, que llevó a la gente al canibalismo en muchos lugares; ríase usted de las series de zombis cuando esto pasa…los cuentos de Hansel y Gretel y el Flautista de Hamelin se inspraron en esta Gran Hambruna, y son de la época). La hambruna debilita mucho a la gente y da lugar a una gran guerra, además de que aparece una gran pandemia de verdad: la Peste Bubónica (Negra) se ha descubierto que como poco data del inicio de la Edad de Bronce (4000 años aC) y tal vez de la época de la Younger Dryas, ha sido recurrente desde entonces. Es decir, es la abuela de todas las pandemias, y la peor, más letal y contundente, dicho sea de paso (no hay cura para la Peste Negra, como detalle, y quien la contraía duraba menos de 8 horas). La Peste negra de 1348 vino tras la Gran hambruna y a la par que la Guerra de los Cien Años (duró 116 años de forma intermitente). Tuvo brotes recurrentes (algo menos intensos que ese brote) pero muy crueles, y otro gran brote posterior a otra gran hambruna que empezó a la par que la cruenta Guerra de los Treinta Años (el mundo entero estuvo patas arriba ese S.XVII «El siglo Maldito», hay un libro llamado así que lo cuenta).
Por cierto, el trailer de la película «Greenland» me recordó a una novela que habla sobre eso: «el Martillo de Lucifer».
Me da la sensación de que si este covid-19 es natural se lo puede comparar de alguna manera a la Plaga Antonina (pero menos intenso que aquella brutalidad) la cual fue el preludio de la Edad de Hielo Antigua (que hizo caer el Imperio romano entre otras cosas) y trajo la Plaga de Justiniano (un brote brutal de Peste Negra).
Si viene todo esto es porque estamos entrando ya en una pequeña Edad de Hielo.